miércoles, 8 de enero de 2014

Crónica

Navidad a lo caraqueño

Navidad, para muchos caraqueños, incluyendome, es una de las fiestas más esperadas del año por los tantos rituales y tradiciones que  existen durante la festividad en la ciudad. El ambiente navideño se empieza a sentir a finales del mes de noviembre cuando las gaitas y los acostumbrados intercolegiales, se apoderan de la mayoría de las emisoras. Además de de estos eventos, se ven por las calles de Caracas las pancartas invitando a los ciudadanos a las diferentes ferias navideñas que se hacen en los centro comerciales, en el Poliedro, Ateneo de Caracas y otros lugares, donde se puede encontrar desde ropa hasta mascotas.  Es el lugar perfecto para comprar el detallito del intercambio del amigo secreto o comprar los regalos para la noche del 24.

Es así como el primer día del mes de diciembre, el Cerro Papelón ubicado en  El Ávila se encarga de darle la bienvenida a la navidad con el encendido de la Cruz del Ávila. La tradicional cruz está encendida hasta el 6 de enero con la llegada de los Reyes Magos. Esta costumbre ha estado en la ciudad desde hace 50 años y los caraqueños esperan la fecha con mucha emoción.

A medida que transcurren los días, caraqueños recorremos las calles de Las Mercedes , que durante las fechas de la festividad pequeños comerciantes ofrecen desde los pinos canadienses hasta una variedad de accesorios navideños. Los primeros días de diciembre se ven por todas las autopistas de Caracas los carros con los pinos amarrados en los techos con cabullas. Muchos edificios se ven decorados desde los balcones de los apartamentos con luces que titilan, santas escalando o las tradiocionales flores navideñas. En las casas, las personas se encargan de decorar las entradas con muchas luces y desde la ventana se pueden ver los árboles llenos de luces, muñequitos y una estrella gigante en la punta.

Los comercios se visten de rojo, verde y dorado, en las panaderías se empieza a ver el “panettone” y el olor de los recién horneados panes de jamón que deleitan el paladar de las personas en esas fechas y que los 24 y 31 de diciembre no pueden faltar en sus mesas para las cenas de dichas fechas.  Además no se puede olvidar el cochinito en las bombas de gasolinas y los empleados de los comercios que los colocan en las vitrinas y que a medida que el billete  que se mete en el cochino decorado con gorrito rojo y blanco sea de mayor categoría, se escucha un grito estupendo, que me encanta escuchar, que dice: “20 bolívares para el cochino” y el resto de los empleados gritan con mucha fuerza: “Graciaaaas.”

También se siente un ambiente de generosidad en la que grandes empresas, bancos y fundaciones le brindan sonrisas y regalos a personas de bajos recursos, niños en hospitales, etc. La llegada de Santa a estos lugares hace que estas personas estén llenas de alegría.

Algo que no se puede pasar por alto son las ricas hallacas y bollos que, según la región que venga la persona que los realiza, el guiso que los rellena es diferente. Las familias se reunen para la realización de los mismos. Unos limpian las hojas con las que se envuelven, otros preparan la masa,  el que tiene la sazón prepara el delicioso guiso, pero sin lugar a dudas, el trabajo más difícil en esta labor, por lo menos para mi, es amarrarlos. No deben estar muy apretados, pero tampoco muy sueltos. Es una tarea que debe realizar la persona que lleva años de experiencia amarrandolos para que queden perfectos.

Para la primero gran noche de la época, la noche del 24, fecha que todos amamos por los regalos, muchas familias y amigos se reunen a celebrar el nacimiento del niño Jesús. La cena puede variar un poco dependiendo de las costumbres de las familias. Particularmente en mi familia, la cena es algo diferente. La comida italiana sale a relucir esta noche. Un gran pasticho, pasta con diferentes salsas, unos deliciosos dulces italianos y pan de jamón, bacalao y pavo, pero en otras familias, lo venezolano es los que abunda en la cena de noche buena. Todos después de comer el gran banquete esperamos con mucha emoción que sean las 12 de la noche para gritar todos juntos: “Feliz navidad”, y con grandes sonrisas abrazar a nuestros familiares y amigos , y para finalmente abrir los regalos, parte favorita de muchos como yo. La mañana del 25, muchos se ven felices por los regalos que les trajo el niño Jesús durante la madrugada.

La segunda gran noche del mes es la del 31. Día en el que un año se va y otro empieza. Día en el que muchas tradiciones venezolanas como salir con la maleta, comer lentejas, usar ropa interior amarilla, entre otras, se ven en los diferentes hogares. Las uvas no pueden faltar, vinos, grandes deseos y propósitos para este día. Al igual que el 24, las cenas varian, reuniones y fiestas por toda la ciudad esperando con ansias las 12 campanadas, para nuevamente abrazar con alegría a nuestros familiares y amigos y gritar todos: “Feliz año nuevo”,  escuchar los fuegos artificiales y empezar un nuevo año con alegría y grandes metas.


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